¡Qué gracia! Si hago una afirmación de ese tipo, parece un timo; y es que, si digo eso, ¿estoy mintiendo o te estoy diciendo la verdad? A todo lo que te diga podrás ponerle un traje de duda pues, ¿qué te garantiza que no es un gol que te estoy colando?

Y es que un mentiroso lo es en cuerpo y alma. Construye su posverdad, que no es otra cosa que la distorsión deliberada de una realidad que manipula creencias y emociones, con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Y bueno, en cuerpo y alma…

No se circunscribe al hecho de mentir en lo menudo, sino que cubre todos los aspectos de la vida: It’s a way of life.

Un mentiroso no es peligroso pues sólo es un individuo solo. Lo malo es cuando se junta con más individuos que quieren justificar sus mentiras amparados en el mal de muchos, en el consuelo de los tontos. Y la realidad se transforma en una caja negra donde, cual actores de teatro, montamos la función. La trama se va escribiendo sobre la marcha, pero es muy sencilla: miente hasta que parezca verdad; y, cuando sea tan grande que no se sostenga, culpa a los que, perplejos, constatan y confirman la existencia de la enorme monstruosidad que devora a sus hijos, a sus huérfanos y a los que pasaban por ahí.

Por eso es tan divertida la mentira. Ves que cuela y vas subiendo la apuesta. Es un disparate, pero ¿porqué no?

Vivir en verdad, vivir de verdad, la de tu vida, es agotador pues tienes que, honestamente, mantener las reglas del juego bajo las que quieres transitar tu existencia. El mentiroso las cambia según le conviene. Por eso hay que mostrar una realidad distorsionada; para que, en este baile de disfraces en el que hemos transformado la realidad, encajen/encajemos los que cambiamos las constantes de la ecuación, haciéndolas variables sujetas a peregrinas e insospechadas razones.

Por eso, como los ex adictos, diré que soy un ex mentiroso. Tengo que demostrar todos mis días que soy de confianza y que merezco la tuya. Luz y taquígrafos: Así tejeré un vínculo entre todos que suene a vida. (de verdad)